Cuento para dormir niños y bebés.
Había una vez una granja en la que vivían muchos animales felices.
Había gallinas que ponían huevos frescos todas las mañanas, cerdos que se revolcaban en el barro y vacas que pastaban en los campos.
Pero había un animal en la granja que siempre se sentía triste y solo: era un burro llamado Platero.
Platero era diferente a los demás animales.
No tenía una tarea específica en la granja, por lo que se sentía inútil y sin propósito.
Además, los otros animales se burlaban de él porque no era tan fuerte ni tan rápido como ellos.
Un día, mientras Platero estaba en el campo, vio una hermosa mariposa revoloteando en el aire.
Él estaba tan fascinado que se quedó mirando la mariposa durante horas. La mariposa, que se llamaba Luna, se dio cuenta de que Platero se sentía solo y triste, así que decidió hacerle compañía.
Luna y Platero se hicieron muy buenos amigos.
Pasaban sus días juntos, jugando y explorando la granja. Luna le enseñó a Platero cómo disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, como el sol cálido en su piel y el viento fresco en su cara.
Platero se dio cuenta de que no necesitaba ser fuerte o rápido para ser feliz; todo lo que necesitaba era un amigo como Luna.
Un día, mientras Platero y Luna estaban jugando en el campo, escucharon un ruido extraño.
Era el granjero, que venía en su tractor para recoger la cosecha. Platero estaba asustado y no sabía qué hacer.
Luna le recordó que debía confiar en sí mismo y en sus amigos para superar cualquier obstáculo.
Platero decidió ayudar al granjero y a los demás animales de la granja a recoger la cosecha.
Descubrió que era muy bueno para transportar los sacos de grano y paja. Los demás animales de la granja se sorprendieron al ver lo útil que podía ser Platero.
Incluso aquellos que antes se burlaban de él, ahora lo admiraban.
Platero se sentía orgulloso de sí mismo.
Había encontrado su propósito en la granja y había hecho muchos amigos en el camino.
Pero lo más importante de todo, había aprendido que la verdadera felicidad viene de dentro y de compartir momentos con aquellos que amas.
Desde aquel día, Platero se convirtió en el burro más feliz de la granja.
Luna y los demás animales lo consideraban como un amigo y un aliado valioso.
Y cada vez que veía una mariposa revoloteando en el aire, Platero se acordaba de su amiga Luna y de lo agradecido que estaba por haberla conocido.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.