Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada.
Rendido, se tiró suplicante, diciendo: «¡¡por favor, arbolito!!», y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol.
Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: «sigue haciendo magia».
Entonces el niño dijo «¡¡Gracias, arbolito!!», y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que «por favor» y «gracias», son las palabras mágicas.
Moraleja del cuento para dormir de «El árbol mágico»
La educación de nuestros hijos va más allá de la adquisición de conocimientos académicos; también implica inculcar valores y habilidades sociales fundamentales. En este sentido, enseñar a nuestros hijos a decir «por favor» y «gracias» no solo contribuye al desarrollo de su etiqueta social, sino que también fomenta la empatía y el respeto hacia los demás.
Iniciar este proceso desde una edad temprana es crucial. Los niños absorben rápidamente el comportamiento que observan en su entorno, por lo que los padres desempeñan un papel fundamental como modelos a seguir.
Al enseñarles a expresar gratitud y cortesía, les proporcionamos herramientas valiosas para establecer relaciones saludables en el futuro.
La práctica constante y el refuerzo positivo son esenciales en este proceso educativo. Celebrar y elogiar cada vez que utilizan estas expresiones refuerza la conexión entre el comportamiento deseado y las recompensas emocionales.
Además, es importante explicarles el significado detrás de estas palabras, haciendo hincapié en cómo contribuyen a construir una sociedad más amable y solidaria.
En resumen, la educación no solo se trata de libros y aulas, sino también de formar individuos que se relacionen con empatía y cortesía.
Enseñar a decir «por favor» y «gracias» a nuestros hijos es un paso crucial hacia la formación de adultos respetuosos y socialmente conscientes.
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